La Liga Solar es una iniciativa de Chilean Solar Energy Research Center en su misión de democraticar el conocimiento y crear conciencia sobre la importancia y el potencial chileno para el uso de la energía solar.

Esta plataforma, dirigida a niños y niñas, busca convertirse en un referente educativo, combinando contenidos digitales, materiales para descargar, interactividad y entretención.

LA PARTIDA Y EL RETORNO DEL SOL

En Chile, varios pueblos originarios, como el Mapuche, el Aymara, el Quechua y el Rapa Nui, celebran su Año Nuevo en el solsticio de invierno. Es un momento especial de renovación, porque después de la noche más larga del año, comienza el retorno de la luz y de la energía del Sol. Es como si el Sol iniciara un viaje lento que lo traería de regreso a las estaciones más soleadas y cálidas. Estas festividades se realizan entre el 21 y 24 de junio y son una forma de agradecer a la Tierra y al Sol por su abundancia y pedir prosperidad para el nuevo ciclo.

PARA SABER MÁS 

Para los pueblos indígenas los solsticios y equinoccios eran momentos clave para organizar sus actividades agrícolas, ya que están directamente relacionados con los ciclos del Sol. Observando sus movimientos, estos pueblos aprendieron cuándo sembrar y cosechar. Los aymara, por ejemplo, se fijaban en los movimientos del Sol para augurar el curso de las estaciones, el régimen de lluvias y la fertilidad de la tierra.

El solsticio de invierno (20 al 24 de junio) marcaba el comienzo de un nuevo ciclo de la vida: pasó el otoño, la tierra descansó y ahora recibe los nutrientes de las lluvias. Era el momento de preparar la tierra para la siembra, que comenzaría a florecer tras el equinoccio de primavera (21 de septiembre). Con el solsticio de verano (21 de diciembre) llega el tiempo de cosechar o recoger los frutos. Aunque en el caso de los pueblos del Altiplano, el verano coincide con la llegada de las lluvias del fenómeno atmosférico conocido como “invierno boliviano”, por lo que en esa fecha también realizan ritos y celebraciones para agradecer y pedir buenas cosechas que se realizarán tras el equinoccio de otoño (21 de marzo).

Por eso, casi todos los pueblos originarios de lo que hoy es Chile celebran el Año Nuevo durante la noche del 21 de junio, cuando la Tierra está más lejos del Sol o bien, de la forma en que estas culturas interpretaban el conocimiento: cuando el Sol está más lejos de la Tierra e inicia su retorno. Es una noche de agradecimiento por lo concedido y de súplica al dios Inti o Antü para que su regreso traiga prosperidad a sus comunidades.

¿Inti? ¿Antü? Ah, es que el dios Sol recibió muchos nombres distintos: INTI es el nombre que le dan algunos pueblos originarios de América del Sur, como los incas, los aymara y los quechua. Está escrito en lengua quechua. Mientras que ANTÜ es el nombre que le dan los mapuches como principal espíritu pillán, un ser poderoso y ancestral que representa las fuerzas de la naturaleza. Su nombre está escrito en la lengua mapuche, el mapudungun.

Algunos de los ritos del nuevo ciclo

Machaq Mara: Año Nuevo Aymara. Se celebra en la cima de un cerro sagrado, donde los participantes ofrecen hojas de coca, frutas y pan al Tata Inti (Padre Sol) sobre un paño ceremonial llamado awallo. Al amanecer, levantan las manos hacia el Sol, pidiendo abundancia para el nuevo ciclo y festejando el Willka Kuti (o regreso del Sol).

Inti Raymi: Año Nuevo Quechua. En esta fiesta de origen inca, que marca el inicio del nuevo ciclo solar, los asistentes esperan la salida del Sol en cuclillas, ofreciendo alimentos y bebidas, así como sacrificios, en un ritual lleno de agradecimiento y celebración.

Aringa Ora o Koro: Año Nuevo Rapa Nui. Los habitantes de la isla se visten con trajes tradicionales y se reúnen en los altares ceremoniales para rendir homenaje a la fertilidad de su tierra y del mar, celebrando su conexión con los ancestros.

We Tripantu: Año Nuevo Mapuche. Las familias mapuches se purifican en ríos y se reúnen en una ruca para compartir comidas tradicionales. Durante la noche, danzan e invocan a sus antepasados, guiados por machis o lonkos, en una ceremonia que se extiende hasta el amanecer.

Cuando el Sol desaparece

Pero así como el Sol (Inti o Antü) era un dios bueno y generoso, también podía enojarse y demostrar su disgusto… ¡ocultándose en pleno día! Eran momentos temidos por los pueblos originarios.

Ahora sabemos, gracias a la ciencia, que los ECLIPSES SOLARES son eventos astronómicos naturales. 

que ocurren cuando la Luna se interpone entre la Tierra y el Sol, bloqueando la luz solar por un momento. Ese bloqueo puede ser total o parcial. Cuando es parcial, lo que vemos desde la Tierra es el círculos del Sol con un pedazo menos. Pero cuando el bloqueo es total, lo que vemos es al Sol desapareciendo frente a nuestros ojos y al día convertirse, de pronto, en noche.

Por eso, cuando ocurrían eclipses solares, las personas de las culturas antiguas experimentaban un gran temor. Un eclipse era un símbolo de desastres y malas noticias, porque se creía que era un signo de descontento de los dioses.

Los mapuches le llaman al eclipse solar Lai Antü, que significa «la muerte del Sol», pues creían que el Sol estaba siendo atacado y para ayudarlo, realizaban cantos y rituales. Los aymara los llamaban «Sol quemado» y encendían fogatas para apoyarlo en su lucha contra la Luna. Los Selk’nam, durante los eclipses, se vestían con plumas y cantaban cánticos con la esperanza de devolverle la luz al Sol.

Hoy en día, incluso la ciencia puede predecirlos, calculando cuándo y dónde ocurrirán. Muchos los consideran espectáculos fascinantes e, incluso, viajan grandes distancias para observarlos directamente.

Para saber más de los eclipses, puedes ver este video realizado por el programa CATA de la Universidad de Chile:

Y ya que estamos hablando de ciencia, en EL PODER DE LOS RAYOS SOLARES, descubrirás todo sobre nuestra estrella y cómo mantiene la vida en el planeta.